Dar la quida, quitar la vida

Dar la vida, quitar la vida

Autores: Cristina Micieli y Myriam Pelazas (comp.)

Género: ensayos

Publicación: octubre 2012

Encuadernación: tapa blanda

Tamaño: 20 x 14 cm

Páginas: 234 páginas

ISBN: 978-987-28626-1-9


sobre el libro


La violencia política constituye un concepto límite en la modernidad occidental. Solo aquellos autores que han mantenido una posición crítica con el proyecto moderno han desarrollado una reflexión sustantiva acerca del mismo. En efecto, el Estado no puede prescindir de la amenaza del uso de la fuerza ante el peligro de incumplimiento del pacto que lo sustenta desde sus orígenes. De Friedrich Nietzsche a Carl Schmitt, de Sigmund Freud a Walter Benjamín o de Max Weber a Michel Foucault se sostiene que “la violencia es constitutiva de la práctica política porque es fundadora de la juridicidad estatal”, afirma Rinesi (Política y tragedia). Sin embargo, los órdenes políticos son precarios, estando siempre al borde del abismo.
El 11 de marzo de 1973 triunfa la fórmula Cámpora-Solano Lima rompiendo 18 años de proscripción del peronismo. Los jóvenes de los ’70, que portaban sueños revolucionarios, atravesaron con fervor y con horror este tiempo argentino.
Dar la “vida por Perón” había expresado los reclamos originales de los sectores populares junto a su cualidad “herética”, cualidad que el peronismo no había dejado de poseer. Pero a partir de 1973, se convirtió en un grito que enfrentó a las tendencias irreconciliables que el propio Perón había alimentado desde su exilio. Para una tendencia, representada por la izquierda peronista, la “vida por Perón” sintetizaba la resistencia al capitalismo y la lucha para posibilitar el camino hacia otro proyecto de sociedad: una sociedad sin explotadores ni explotados. Se trataba de un proyecto que hablaba de la construcción nacional al socialismo.
Para la derecha peronista, dar la “vida por Perón” se trastocó en “quitar la vida” del oponente de la izquierda, en general, y de la peronista, en particular, bajo el paraguas protector del propio Estado.
Sin embargo, Montoneros va a abrazar un pensamiento “escatológico”, en la visión Ricoeur: la “lógica del todo o nada”, debido a la creciente militarización, terminará aislando progresivamente la organización de las masas.
No se puede cambiar el pasado. Los hechos del pasado son irrevocables: no se puede dejar de hacer lo que se ha hecho. Pero aunque no se pueden borrar los hechos del pasado, se puede re-interpretar el sentido de los mismos, porque éste no está fijado de una vez para siempre. Así, podemos cambiar la carga moral del pasado, o sea, la deuda que pesa sobre el presente.


Sobre las compiladoras


Cristina Micieli. Es doctora en Filosofía, magíster en Filosofía de la Cultura y socióloga. Es profesora e investigadora de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, y directora de Proyectos UBACyT. Ha publicado numerosos libros y artículos sobre historia y filosofía.


Myriam Pelazas. Es licenciada en Ciencias de la Comunicación (UBA) y Magíster en Historia (UNTREF). Se desempeña como docente de Historia Social Argentina y Latinoamericana (UBA). Es codirectora de proyectos UBACyT. Tiene varios libros publicados y ha escrito numerosos artículos en revistas especializadas.